1.985
La inclinación natural del Hombre al juego siempre existió y probablemente existirá siempre. Por lo tanto de esta realidad ineludible, toda prohibición pura y dura del juego infaliblemente habría sido un contrasentido que habría provocado este sector de actividades en una clandestinidad salvaje y, de este hecho, socialmente peligrosa. Siendo perfectamente consciente de esta realidad, el Legislador, ya en 1851, prefirió autorizar la organización de ciertos juegos y de loterías en particular, pero bajo condiciones estrictas. Para los juegos organizados por la sociedad anónima de derecho público Lotería Nacional de Belgica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario